Los K-9 son soldados que no se ofrecen voluntariamente a sus puestos de trabajo, pero que trabajan con cada gramo de energía que tienen. En Estados Unidos los perros militares trabajan para el Departamento de Defensa durante al menos 10-12 años. Antes del año 2.000, cuando llegaba el momento de jubilarse, la mayoría de los perros se sacrificaban.
Afortunadamente todo cambió con la "Ley de Robby", aprobada el 6 de noviembre de 2.000, para facilitar la adopción de perros veteranos de guerras, para que así puedan readaptarse a la vida civil.
Ahora, cientos de perros son adoptados cada año en la Base Aérea de Lackland (Texas). Algunos de estos magníficos perretes han sido retirados por razones de edad o de salud, y otros, porque no pueden obtener o mantener sus certificaciones de excelencia, ya que estos perros deben mantener una tasa de 95 % de exactitud con el fin de ser utilizados en servicio.
¿Y qué ocurre cuando se jubilan? Son acogidos en primer lugar por sus propios guías, en segundo lugar por Agentes de Seguridad y finalmente por adopción civil. Las familias de acogida deben cumplir una serie de requisitos para poder asegurarles una buena adaptación y una bien merecida jubilación.
En España los perros pertenecientes al servicio del Ejercito Español y las Fuerzas de Seguridad del Estado, son considerados un miembro más del cuerpo, tratados con respeto, cariño y dignidad. El guía es el responsable absoluto del perro y siempre trabajan juntos para garantizar nuestra seguridad.
¿Y qué ocurre cuando se jubilan? Se da los mismos criterios que en los de Estados Unidos. Además también existen asociaciones sin ánimo de lucro que se encargan de buscarles un hogar, como es el caso de www.retireddogs112.com
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